lunes, 13 de febrero de 2012

Aquella imagen.


Alzé la vista por encima de todos y te vi, allí estabas tú, despanpanante como nunca había visto a nadie, perfecta piel cual muñeca de porcelana. Sonrisa intacta, ojos brillantes.

Llevaba muños años esperando aquel rostro, nunca pensé que existirían unos ojos que al mirarme tan solo un segundo, provocasen en mi tantos años de inquietud. Curiosidad por descifrar lo que esos ojos decían, por saber quién era la chica de la sonrisa infinita.
Recuerdo su caminar como si hubiese sido hace 3 minutos, tengo el sonido de sus tacones en mi cabeza. La forma en la que movía su cuerpo hacía que no parase de mirarla. Quise acercarme y no me atreví pensando que ya la vería otro día...
Hasta recuerdo su olor, es indescriptible pero sabía que era suyo y que venía en forma de flecha hacia a mi. Su cuerpo era tan esbelto, no podías dejar de mirarla, era como el mar azotado por el viento, lleno de curvas, y no sabéis lo que daría por cada una de ellas ... Por ver qué contaba en cada esquina, en cada lunar de su cuello y en cada gesto de su cara. Una chica así no se ven todos los días, pero ese día, tuve la suerte de que la vi.
Sinceramente, no sé cómo sonaba su voz porque casi no hablaba, pero sí su risa, era una risa feliz, una risa sin tapujos, una risa libre,era ella en todo su esplendor. Perfecta, tal y como la había imaginado en mis sueños.
Nunca volví a verla, ni siquiera un rostro que se le pareciera, aunque me basta con llevar esa imagen tan inverosímil en mi mente.





No hay comentarios:

Publicar un comentario